Amor por lo que se hace, ese siempre será el mejor
combustible para alcanzar la excelencia. Amor por la veterinaria es mi
fortaleza, amor por superar todas mis mas grandes expectativas. Todo el tiempo
compito conmigo misma, contra la pereza, los vicios, a ver quien gana la
carrera. Entonces a esto podría llamarlo combatir las debilidades, pero ya que
no creo en debilidades, las llamare No fortalezas.
Cuando esta carrera nos invada, nos daremos cuenta que es
necesario combatir esas no fortalezas, porque se necesitan médicos veterinarios
integros, capaces y sin miedo a los retos que conlleva la profesión.
Mi fortaleza es conocerme, asi se empieza a moldear un
proyecto de vida, a establecer metas a corto, mediano y largo plazo, lo cual es
fundamental para una vida exitosa, que es lo que la mayoría espera alcanzar con
este arduo proceso. Una vida de éxitos como Veterinario requiere aparte de
constancia, dedicación, amor, agallas, y tiempo para ¡leer mucho! , plantearse
una imagen de lo que queremos lograr, eso nos da el aliento para continuar,
porque aunque hermosa, es una carrera difícil, y con tantos caminos para
escoger debemos encaminarnos desde el principio.
La decisión , es una fortaleza envidiable, la cual tengo que
trabajar; no hay nada como saber que es lo que se quiere, tener una idea de cómo
se verá el futuro, y de paso poder decidir entre cappuccino y mokaccino en los
grandes dilemas de la cafetería.
En conclusión, amor se requiere en todos los aspectos, persistencia,
autoconocimiento, decisión. Y un buen estómago, afortunada soy de contar con
esas fortalezas y de no tener miedo de enfrentarme con este hermoso reto que es
la veterinaria.
Que hermosito <3
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